Uno de los objetivos que perseguían las redes de talleres desde su propia concepción fue el de modernizar los negocios que las integraban. Una modernización no sólo de sus instalaciones, sino también de sus procesos productivos y de gestión con el reto de dar respuesta a unos vehículos cada vez más tecnológicos ¿Se ha alcanzado este objetivo? De ello nos habla José Miguel López, director de ventas del canal indirecto para Iberia e Italia en Castrol, fabricante de lubricantes que cuenta con el programa Castrol Service Plus para talleres independientes, que busca mejorar su rendimiento empresarial e incrementar la fidelización y lealtad de los clientes, así como el programa Castrol Carama, que une a usuarios, taller y la propia marca.

“Las redes de talleres están en pleno proceso de modernización. Los requisitos tecnológicos que cada vez más requieren los automóviles, las herramientas para poder repararlos de manera efectiva, así como la mayor información y conectividad del conductor hacen que esta modernización sea cada vez más que necesaria para no perder competitividad”, asegura José Miguel López, que señala que, si bien los talleres disponen ya de las soluciones tecnológicas que integran todo ello, “falta asimilarlas como una nueva forma de trabajo habitual”.

En referencia al nuevo modelo de movilidad, para el director de ventas del canal indirecto para Iberia e Italia en Castrol “todavía falta información y formación, pero sin duda seguirán siendo claves en la reparación, aunque a muy largo plazo tendrán que reinventarse”.

Además de la modernización, las redes también buscaban la fidelización de los negocios de reparación hacia los productos y servicios de quien las promueve ¿Se ha conseguido? Para José Miguel López, “es un proceso largo y continuo, pero en los últimos años se ha acelerado de manera significativa. En el caso de Castrol, nuestros distintos productos y programas orientados al taller siempre han estado enfocados en dar respuesta a cualquier reto que el taller pudiera tener”.

En este sentido, López argumenta que “las marcas premium como Castrol han demostrado en los últimos años mayor fidelización que las de precio, tanto por parte del taller como del usuario final, como así lo demuestran los datos de evolución de reconocimiento de marca”.

¿Y han conseguido las redes de talleres convertirse en auténticas marcas de taller? “Desde Castrol siempre hemos sido conscientes de la importancia de mirar hacia el futuro, y por ello históricamente hemos sido pioneros en el lanzamiento de productos y servicios adelantados a su época. Es parte de nuestro ADN. Hemos sido capaces de ofrecer los lubricantes más avanzados para los vehículos más exigentes, o programas como Carama que unieran al usuario, el taller y Castrol. Estos programas cuentan con la opinión de los usuarios y su experiencia en el taller como parte fundamental para medir el nivel de satisfacción y compartirlo con el resto de los automovilistas”, concluye José Miguel López.